Tres claves que convierten a los hoteles en el epicentro de networking y eventos corporativos

En un mundo cada vez más interconectado, los hoteles han
evolucionado para transformarse en mucho más que espacios de alojamiento. En ese
sentido, hoy se han convertido en verdaderos centros de encuentro, conexión profesional y
proyección de marca. En ciudades dinámicas como Santiago, también se han consolidado
como lugares clave para quienes buscan desarrollar relaciones de valor en un entorno
cómodo, bien ubicado y con servicios de primer nivel.

“Las experiencias permiten compartir, reconectar, reír y disfrutar juntos. Además, muchas
personas buscan alternativas que les permitan organizar un evento, celebrar un hito
corporativo o activar una marca sin tener que irse lejos. Y ahí es donde nuestra propuesta
cobra fuerza: ofrecer un espacio de calma, elegancia y bienestar en pleno corazón de Las
Condes”, comenta Franco Borroni, Director de Ventas y Marketing, Hotel Santiago Marriott.

Desde su mirada, existen tres factores clave que hacen que un hotel se convierta en un
espacio atractivo para el networking y los eventos corporativos:

1. Ubicación estratégica: Estar en una zona bien conectada y de fácil acceso es
fundamental para atraer tanto a empresas como a viajeros de negocios. Estar cerca de
centros financieros y comerciales permite facilitar la logística y sumar valor al momento de
planificar una reunión, convención o lanzamiento especial. Además, la cercanía a parques,
malls y servicios hace que estos espacios también resulten atractivos para quienes
combinan el trabajo con el placer.

En el caso de Santiago Marriott, tiene un fácil acceso por Avenida Presidente Kennedy, con
una entrada interior especial para que todos quienes van al hotel puedan bajarse del auto o
van de manera tranquila. Además, el edificio cuenta con salones para eventos corporativos
con una capacidad de hasta 700 personas y 3 espacios gastronómicos para quienes
buscan generar otro tipo de experiencias adicionales.

2. Espacios versátiles: Hoy no basta solo con tener buenas instalaciones: se busca
generar experiencias memorables. Salones con tecnología audiovisual de última
generación, ambientes que se adaptan a todo tipo de encuentros -desde conferencias hasta
sesiones de yoga o after office- y un diseño pensado para inspirar. La flexibilidad y
personalización de cada evento es lo que marca la diferencia al momento de elegir el lugar
donde realizarlo.

3. Servicios personalizados: Un equipo atento y comprometido puede cambiar por
completo la experiencia de un evento. La atención a los detalles, la oferta gastronómica de
calidad y la capacidad de anticiparse a las necesidades del cliente son aspectos cada vez
más valorados por las marcas. La experiencia no empieza ni termina con la reunión: es todo
lo que ocurre antes, durante y después de ella.

De esta manera, los hoteles se posicionan como aliados estratégicos para
empresas y profesionales que buscan algo más que un lugar donde reunirse: buscan una
experiencia integral que impulse sus relaciones y refuerce su presencia en el mercado.

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