21 años debieron pasar para que una de las agrupaciones más longevas del rock volviera a Chile.
Antecedidos por un vídeo de introducción, pirotecnia y un emocionante “Ladies And Gentleman…THE ROLLING STONES!”, a eso de las 21:15 horas saltaron a escena los británicos, quienes abrieron los fuegos de la gloriosa jornada con los riffs de “Start Me Up”. Fue ahí cuando las más de 55.000 personas que llegaron desde tempranas horas al Estadio Nacional hicieron fluir la euforia de forma inmedita. Pues no todos los días tienes frente a ti a la vigente agrupación de rock más importante a nivel mundial interpretando un clásico de los 80’s, en voz del cautivante Mick Jagger y en compañía de Keith Richards, Charlie Watts y Ron Wood.
“It’s Only Rock And Roll” del disco homónimo fue la canción sucesora, lógicamente en conjunto con los contorneados bailes de Jagger, que a sus 72 años pareciese ser un adolescente atrapado dentro del cuerpo de un hombre mayor. El multifacético showman derrochó energía en todo momento, ya fuese saltando, bailando o gesticulando con esos particulares movimientos que inclusive le significaron la canción “Moves Like Jagger” de Maroon 5 y Christina Aguilera. Demostrando también que los 54 años de giras no han sido en vano, ya que su manejo escenico fue evidente. El británico recorrió e interactuó con el público en cada uno de los extremos del escenario.
“Es bueno estar de vuelta aquí en este estadio con historia…¡Ganaron la Copa América!” fueron las primeras palabras del frontman con los rolingas chilenos. Los Stones se habían presentado anteriormente en el Estadio Nacional con el “Voodo Lounge Tour” en febrero de 1995, tal cual lo hizo presente Mick “21 años tardamos en volver, y ahora hay muchos edificios con formas fálicas”, dijo el hombre del presunto record de haberse acostado con más mujeres (más de 4.000 según un libro editado unos años atrás).
Los constantes cambios de vestuario de Michael Philip fluctuaron entre poleras con chaqueta, solo polera, camisas, poleras con camisa, la capa que usó para Sympathy For The Devil y el sobrero con el que cerró el show. Por su parte Ronnie Wood también se cambió de poleras, y todos se mostraron con un alto nivel de comodidad en el escenario, tanto así que mientras la emoción flotaba en el aire con “White Horses” y “Paint it Black” Woods la tocaba con un cigarro en la boca, acto que también realizó Keith Richards en otra de las canciones.
La connotada banda británica de rock comentó a su fanaticada nacional :“Hemos estado 3 días y hemos visto muchos sitios culturales. Primero la casa de Pablo Neruda, después el café con piernas…!”, haciendo reír a todos. Más tarde Jagger irrumpió con su gran sentido del humor -en inglés- para presentar a la banda. Entre ellos la corista que debutó aquella noche con la agrupación Sasha Adams, y la particular manera de presentar a Ron diciendo que era “El modelo original de El Pilucho”.
Keith Richards tomó protagonismo desde otro ámbito en el verdadero viaje en el tiempo en el que nos trasladaron, el guitarrista que forma parte de la formación original de 1962, tomó el micrófono para cantar “You Got The Silver” y “Happy”, donde hubo un leve acople de sonido. Pero ni siquiera eso pudo empañar la interpretación del amigo de infancia de Mick Jagger, mucho menos el concierto.
Para nadie es novedad que Los Rolling son una banda que ha trascendido generaciones. A eso se debe que en el público se podía ver familias completas, formadas por padres, hijos, nietos y abuelos. Algo que solo hemos podido ver en conciertos de mártires del rock. Quizás a eso se debió que el inquieto frontman irrumpiese nuevamente, esta vez para admirar a los presentes y decir -en inglés- “No veníamos hace mucho tiempo, gracias por venir a vernos esta noche”. Es que además el Olé Tour comenzó su paso por Latinoamérica en Chile.
El cautivador espíritu al que “el motor de Los Stones” nos tiene acostumbrados se hizo presente nuevamente con “Miss You”, “Gimme Shelter” y “Jumpin’ Jack Flash”, instancia en que el músico inclusive se puso el micrófono dentro de la parte frontal de su pantalón, y también se levantó la polera en la pasarela para mostrar su torso al público.
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Cuando ya nada parecía que nos podía sorprender durante la noche, en el escenario se comenzó a proyectar un deslumbrante juego de iluminación e imágenes, sumando a la portentosa presentación el coro de la fanaticada a unísono que cantaba “Uhhh Uhhh!!” y la extravagante vestimenta que utilizó el cantante británico. Sin lugar a dudas se generó la mezcla perfecta para que “Sympathy For The Devil” marcara uno de los puntos más altos (dentro de todos los altos) del retorno de Los Stones a Chile.
Mientras sonaba “Brown Suggar” Ronnie coqueteó junto a su guitarra con los espectadores del paso del Olé Tour en Chile, por otra parte los coristas bailaban en el medio del plato del recinto de Ñuñoa, y el frontman de la banda –que antes había tocado armónica y guitarra– corría de un lado a otro contorneandose y cantando con un envidiable nivel de vitalidad a sus 72 años.
El encore estuvo a cargo de “You Can’t Always Get What You Want” y la que podría ser la opera prima para The Rolling Stones, “Satisfaction”. Es que simplemente nadie se quedó sin disfrutar -en el máximo nivel de la expresión- y merecidamente cumplir un sueño coreando a Los Stones con el “Hey Hey Hey…That’s What I Say”.
Pirotecnia en 3 ocasiones, un escenario de 58 metros de largo con 25 de profundidad posado en la cancha del recinto de Ñuñoa, una larga pasarela que llegaba hasta el sector Golden, un muy bien elegido setlist, y una banda que después de ver a inicios del 2016 no sabemos qué otro artista podría sorprendernos. Todo eso y más es lo que dejó el paso del Olé Tour de The Rolling Stones en Chile, una noche en la que miles de personas pudieron ver a las leyendas vivientes de la música dando lo mejor de si para interpretar sus grandes éxitos. Claramente el 2 de febrero de 2016 será una noche que quedará en la retina colectiva del país, como la noche en que los astros británicos brillaron más que los fuegos artificiales que dieron fin su concierto.
Aun así para algunos fans la gran ausente de la noche fue “Angie”, canción que por mucho tiempo se rumoreó que la Jagger había compuesto para Angela Bowie, la primera esposa de David Bowie…¿Mito o Realidad?, no lo sabemos, pero ese sentimiento de ausencia es un pretexto para ya querer que The Rolling Stones vuelva a Chile.
Solo nos resta decir
- ¡Larga vida a Los Rolling Stones!
- Jagger no dejes nunca de bailar!
- Familia que rockea unida, permanece unida.
- Al igual que muchos rolingas, esperamos que esta no sea la última vez que los británicos visiten Chile!.
- Que por favor alguien consiga la receta de estos caballeros para tener ese nivel de energía y vitalidad.
- Con tan portentosa, legendaria, impecable y memorable presentación, recién abriendose la temporada de conciertos este 2016, ¿Ahora quién podrá sorprendernos?
Por @TMNathalie.